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miércoles, 28 de mayo de 2008

El campo protesta y la tierra trabaja. Por Alfredo Zaiat

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El país | Miércoles, 28 de Mayo de 2008

Opinión





Una pregunta sencilla, que requiere abandonar análisis rústicos, para
tratar de entender lo que para la mayoría ya resulta incomprensible
por la extensión del conflicto: ¿cómo puede mantener un grupo
empresario el estado de lockout permanente sin quebrar durante casi
tres meses, con piquetes de varios días en las rutas, suspensión de
comercialización de cereales y hacienda, largas asambleas, jornadas de
tractorazos y marchas a las plazas de los pueblos? Cualquier otra
actividad económica si realizara una protesta tan contundente frenando
su ritmo productivo sufriría pérdidas extraordinarias. Muchas empresas
caerían y sus trabajadores quedarían en la calle. Por eso mismo, los
patrones de industrias o de comercios no disponen, en general, un
lockout, y si lo hicieron en un pasado turbulento fue por un par de
días. Hasta los obreros y empleados presionarían para volver a retomar
la actividad para preservar sus puestos. ¿Por qué, entonces, los
dueños, arrendatarios y arrendadores de campos agropecuarios pueden
hacer un lockout, protestas, marchas y no trabajar? ¿Por qué los
peones rurales no se quejan?

La respuesta, que evitan los dirigentes de las entidades que
representan a un sector del campo y que elude la mayoría abordar, es
que la actividad del agro tiene la particularidad de que no se detiene
por un lockout. No pierden mucho; más bien, casi nada. La soja sigue
creciendo, no se detiene el ordeñe de las vacas y los cerdos siguen
engordando. Y esa particularidad del campo no es sólo por la obviedad
de que los peones no están parando ni que sus patrones no los dejarían
parar. La especificidad del campo, que permite semejante protesta
extendida en el tiempo, se encuentra en lo que los economistas
clásicos estudiaron y que hoy sus seguidores modernos desconocen o
ignoran: el factor tierra y, por lo tanto, la renta de la tierra, que
no es como cualquier otro activo de la economía. Se trata de una
cuestión compleja que se aleja del lugar común de los economistas
mediáticos, pero que si no se estudia provoca confusiones
generalizadas, como las que hoy existen.

La tierra tiene características propias que la hacen diferente a los
otros factores de producción (trabajo y capital), a saber: no es
producida por el trabajo humano, no es reproducible, es limitada en
cantidad y es de calidad heterogénea. La renta agraria es una ganancia
extraordinaria de la que se apropian los dueños de los campos,
originada en ventajas naturales (fertilidad del suelo y clima).
Argentina, por obra y gracia de la "pampa pródiga", tiene una notable
renta agraria diferencial a escala internacional. Por ese motivo la
ganancia extraordinaria en la industria, atribuible a una ventaja
tecnológica, no es una renta, y sí lo es la que surge de ventajas
naturales. Ese avance industrial tarde o temprano puede ser copiado y
sumar competidores para aprovechar ese nicho rentable. En cambio, la
tierra fértil no se puede reproducir.

Como la renta de la tierra en Argentina, y en especial en la rica
Pampa Húmeda, es una ganancia extraordinaria, y la tierra es un
patrimonio social (por las ventajas naturales que son de toda la
población), el Estado tiene la facultad de regular la forma en que
dicha renta agraria a escala internacional se distribuye al interior
de la sociedad. Varios son los instrumentos de política económica que
puede utilizar para ese objetivo: impuestos sobre la renta potencial
de la tierra, sobre las tierras no explotadas, implementar una reforma
agraria, controlar el volumen y precios de las exportaciones. Y
también disponer retenciones.

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Empecemos a discutir la derecha

El país|Martes, 27 de Mayo de 2008
Opinión
Por Nicolás Casullo
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Derecha. Herencia de los asambleístas de 1789 en París. Palabra que muy pocos se asumen cabalmente hoy. Definición que ha perdido lares ideológicos. ¿Dónde empezar a buscar la derecha? ¿En la oposición al Gobierno? Por cierto. ¿En la interna del justicialismo? Sin duda. ¿Cómo repensarla en sus formas actuales? A partir del lockout del agro se vuelve a discutir ahora el tema de la derecha política e ideológica, frente a la “nueva nación agraria como reserva moral de la nación”, según ciertos medios golpistas, evocantes de añejas “reservas morales de la patria”.

Dilema enredado y a examinar, cuando la derecha no pretende ser, hoy en la Argentina y en otros países, un partido desde sus antiguas prosapias, o que busque un nuevo traje que la delate. Tampoco una programática que aparezca “contra alguien en especial”. Más bien una adopción para todos, que se yergue y aduce la desintegración de “anacronismos” basados en las vetustas ideas de “conflicto” político, de “intereses opuestos enfrentados”, de “lucha social”. La derecha es, desde hace años, activa: de avanzada. Es una permanente operatoria cultural de alto despliegue sobre la ciudadanía, como comienza a evidenciarse en nuestro caso con el apoyo de importantes sectores “al campo”.

La derecha en Occidente constituye un armado modernizante desde una opinión pública mediática expandida diariamente. Configura el reacomodamiento de un tardo capitalismo, camino hacia otro estado de masas, incluidos amplios segmentos progresistas conservadurizados. Operatoria que busca plantear el fin de las ideologías, el fin de las disputas de clase, el fin de las derechas y las izquierdas, precisamente como premisas disolventes de todo sentido de conciencia sobre lo que realmente sucede con la historia que se pisa. No azarosamente, crece desde que el dominio económico tuvo que endurecer y dividir el planeta, desde los ’80, entre perdedores y ganadores netos.

Lo mediático es hoy su gran operador: el espíritu de época encarnado, diría Hegel. Derecha como Sociedad Cultural que nos cuenta el itinerario de los procesos. Que coloca los referentes y las figuras, y decide cómo encuadrar lo que se tiene que ver y lo que no se tiene que ver. La derecha, desde esta operatividad cultural, es la disolvencia de lugares y memorias. Es un relato estrábico, como política despolitizadora a golpes de primeros planos y títulos sobreimpresos.

Un buen ejemplo de esto podría ser Eduardo Buzzi, representante de la Federación Agraria, que concita en su discurso todos los signos de la desintegración de lo ideológico. Del agrietamiento de lo que antecede a una historia, y también de lo que la proyectaría hacia adelante. Se sitúa en una zona propicia de un discurso post-político, magmático. En un no lugar, que en realidad es “el lugar” propicio. Todo se vuelve equivalente, decible, posicionante. Ex militante del PC, miembro de la CTA, ha aportado, sin embargo, con su voz la argamasa política clave en su alianza con Miguens y Llambías, para situar a la oligarquía agraria en el pico de sus aspiraciones como nunca en los últimos 50 años, en tanto histórico conglomerado de poder. A su vez –paralelo a las cacerolas antipopulares de Barrio Norte pidiendo la caída del gobierno–, Buzzi llegó a solicitar nada menos que la reestatización de YPF, se arrodilló devoto frente a la virgen campestre de la nueva “patria agraria”, y demandó, junto a las rutas, imitar lo que hacía Evo Morales en Bolivia, el líder indígena jaqueado por la sojera Santa Cruz de la Sierra, socia ideológica de nuestro agro alzado repartiendo escarapelas “por otro ordenamiento” que respete dividendos.

Un vaudeville bajo lógica mediática que precisamente suele alcanzar lo que se propone: trasmitir “una realidad nacional” en capítulos, indiferenciada, incorporable a la experiencia plateística donde “todo es posible de darse”. Donde nada es definido ni reconocible, ni da cuenta de algún sentido mayor. Un armado de situaciones a componer y recomponer bajo matriz teleteatral, cuyo objetivo es construir protagonistas esporádicos (como presencias “legalizadas por la cámara”) de corte contrainstitucional y antiinstitucional. Pulverizar desde pantalla –entre comicio y comicio nacional– toda posibilidad de “calidad institucional”, de representación institucional dada, a partir de intereses afectados en alianza con medios de masas primos hermanos.

El mundo en estado de derecha

Hace tres décadas, y a raíz del rotundo empuje con que se expandió la estrategia de la revolución conservadora, el francés Pierre Dommergues planteó lo siguiente: “Los neoconservadores se proponen una revolución cultural que destrone el actual régimen de partidos y deje atrás a los referentes sociales de la izquierda democrática. La lucha se dará en el campo cultural y de massmedia para un tiempo de reordenamiento de mercado donde desaparezcan las variables de izquierda y derecha como paradigmas de orientación social, en pos de limitar a las demandas democráticas y a los Estados de corte social. Se ofrece, como sustitución, un liberal conservadurismo y un liberal modernismo, que más allá de sus divergencias coincidan en la voluntad de imponer una nueva repartición de la riqueza, disciplinar a la mano de obra, descalificar toda política que se resista a este disciplinamiento y establecer una nueva forma de consenso. Es una amplia operación de reestructuración cultural de gobernabilidad para correr a la sociedad en su conjunto hacia la derecha, a través de un Partido del Orden Democrático. Es una nueva sociedad de la información para un nuevo tiempo moral”. Sin duda estamos discutiendo el abrumador éxito de esta profunda estrategia cultural, que tres décadas atrás fue estudiada para entender no solo qué sería la sociedad conservadora, sino, sobre todo, cómo esa batalla en el plano de las interpretaciones –desde la derecha política en EE.UU. y hacia el orbe– significaba invisibilizar este propio proceso resimbolizador para una nueva edad del sistema.

La revolución conservadora significó la permanente constitución de un nuevo sentido común, a partir de una inédita capacidad tecnoinformativa para generar estados de masas. Un fenómeno creciente y a la vista, que en 1989 le hizo decir al socialista Norberto Bobbio “A medida que las decisiones resultan cada vez de orden técnico mediático y cada vez menos políticas, ¿no es contradictorio pedir cada vez más democracia en una sociedad cada vez más tecnificada y privatizada en sus enunciaciones?”.

No se está por lo tanto frente a una conspiración imperialista. Ni frente a una entelequia de la CIA. Asistimos sí a una edad civilizatoria de éxito tecno-cultural de los poderes –de las derechas– sobre los desechos de una histórica izquierda que había predominado como conciencia mayoritaria de masas para la edad “del progreso social y de los pueblos” entre 1945 y 1980. Discutir la derecha en nuestro país es entonces debatir, en principio, no un partido ni una figura. Es desollar una cultura que se fue desplegando, supuestamente “fuera de la política”: en lo indiscernible de las posiciones. En cómo me compro una remera o miro al otro. Cultura común y silvestre, que recién se activa políticamente cuando las circunstancias de los dominios societales lo creen necesario. Puede ser con una nueva ley contra inmigrantes de la Unión Europea. O con la calidad de presunto terrorista a ser desaparecido en cualquier parte de USA. O con los millones de sin trabajo, sin papeles, sin escolaridad, que registran como abstractos “ciudadanos votantes” y se resisten a las falsas mesas “del consenso”. Sujetos que precisarían de una “salvación moral” a cargo de las clases pudientes que los rescate de ser acarreados como ganado. Cultura de derecha, que hospeda a las políticas de derecha.

La genética del mercado

Comenzar a explorar la derecha no es, en principio, fijar demasiada atención en Carrió, Macri, Reutemann, López Murphy o Scioli. Se trata, preferentemente, de visitar, antes, las maternidades de la criatura: nuestro diálogo cotidiano y familiar con el mundo de sus obstetras. Activar lo audiovisual hegemónico y de mayor audiencia. ¿Qué nos cuenta esa criatura? Veamos.

La historia: será siempre, por sobre todo, el hallazgo individual. El caso. Los antípodas de las masas como historia. La pobreza: una latente amenaza delictiva, un paisaje de miseria inalterable como tipología geográfica de “lo malo” en la ciudad. La cultura ajena al espectador. El hambre: algo que ya no tendría ideología ni biografía social, un ícono suelto en la vidriera para cualquier retórica del espinel político.

Lo policial: lo que debería incorporarse idealmente, como ortopedia, al núcleo familiar protegido. Un policía al lado mío. El Estado regulador, interventor, recaudador: un espacio ineficiente (ilegitimado), que “gasta mi dinero” y corrupto (por político). La política: un descrédito en manos de zánganos que podría existir como no existir para lo que hace falta. La nota policial: en tanto amedrentación y reclamo de seguridad, pasa a ser el verdadero estado social de la vieja política a cancelar. Lo que escapa a la “Ley y concordia” del mercado. Lo comunitario: una utopía solitaria entre yo, el negocio y “mi bolsillo” (tenga 100 pesos o mil hectáreas adentro). Lo nacional: un espacio a-histórico, siempre al borde del caos que sólo victimiza. Con habitantes nunca representados por nadie, solo por el foco de la cámara, y donde la única noticia es que la política ya ha fallado, siempre, antes de empezar. La nueva comunidad pos-solidaria es ahora una sociedad en tanto arquitectura de servicios que “me debe servir” con la eficiencia modélica de lo privado selecto. Ya no soy parte de la memoria de lo público, de los hospitales sociales y universidades políticas hoy en crisis, sino que me trasvestí en un cliente exigente del otro lado del mostrador. La libertad: el simple pasaje desde el “libre consumidor” al “libre sufragista” sin identidad, alabado por sin partido, por vaciado en cada elección, a punto de comprar algo “genuinamente” entrando al escaparate del cuarto oscuro. La gente: un “yo” sublimado, absuelto en tanto construcción narrativa. Una unidad personal “auténtica”, que representa un muchos en tanto estos muchos no se constituyan en otro tipo de “yo” (como sujeto político identificado), y permanezca como infinita clase media de “empleados” por el capitalismo, en una competitiva y ansiada igualdad de explotados. Lo sindical, lo popular, los desocupados: una realidad indiscernible de hombres de a “grupos”. Algo que debe vivir a distancia de mi vida y que “el Estado no atiende”. Seres organizados para algo que nunca se sabe. Imagen mítica en pantalla con palos y pasamontañas. No blancos, peligrosos en conjunto, dirigidos por vagos, punteros, jefes de barriadas y líderes pagados. Un otro cultural y existencial que como nunca, en la Argentina de la plenitud informativa y formativa, ha alcanzado casi el apogeo de una lucha cultural de clases de lo gorila sobre lo peronista, como un racismo no disimulado sobre lo popular, gremial y piquetero: universo de la negatividad política, del voto subnormal y de politizados a propinas.

Sobre este tablero mediático hegemónico, la nueva derecha, hoy como semilla de república agroconservadora, juega siempre de local. El trabajo del sentido común, de ver el mundo, le viene ya dado. Y desde ahí aspira ahora a convertirse en bloque social histórico, desde sus núcleos de neorrentistas, nuevos arrendatarios y bisoños inversionistas especuladores que le amplían sin duda el campo cultural de ciudadanía.

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Argentina: Comunicado delFrente Campesion ante el lockout agrario

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Resumen Latinoamericano
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Nosotros, los representantes de las organizaciones campesinas, pueblos
originarios, agricultores familiares, trabajadores de la tierra, nos
reunimos en plenario para fijar posición y acordar propuestas y políticas
para el Desarrollo Rural Sustentable de nuestro país. Decidimos
constituirnos en FRENTE NACIONAL CAMPESINO. El 17 de abril (Día
internacional de la lucha campesina), con el objeto de conformar un ESPACIO
DEMOCRATICO, AMPLIO Y PLURALISTA, que nos contenga a todas las
organizaciones y movimientos campesinos de la Argentina. No nos sentimos
representados por las cuatro entidades agropecuarias que hasta el momento se
han expresado en el lock out patronal y han producido el desabastecimiento
de nuestro pueblo. (SRA, CONINAGRO, CRA, FAA).

Entendemos y proponemos la soberanía alimentaría como el eje fundamental de
nuestra acción porque nosotros fuimos, somos y seremos productores de
alimentos, porque como ciudadanos sabemos que la soberanía alimentaría
cuestiona en los hechos el modelo concentrador de la tierra y la renta en
nuestro país, y su secuela de pobreza, inequidad y exclusión.

Las corporaciones trasnacionales con su concentración de la tierra y
producción y negocios, han provocado la destrucción, el despoblamiento, el
desplazamiento forzado de comunidades campesinas y pueblos originarios de
nuestro país; y el gobierno es responsable por no escuchar los reclamos
hechos por este sector, y favorecer con sus políticas de incentivos a los
agronegocios, la concentración de la tierra y la riqueza en pocas manos, en
detrimento de las mayorías de las familias productoras y campesinas.

Planteamos la defensa de los recursos naturales, sociales, culturales y
ancestrales como forma de vida y continuidad de nuestra historia, el
fortalecimiento de nuestras economías regionales, la diversificación de la
producción, la creación de bancos de semillas y el desarrollo de canales de
comercialización alternativos. Nos asumimos como genuinos representantes del
sector de los pequeños productores campesinos de la Argentina.

Convocamos, para el 23 de mayo al II Plenario Nacional de delegados del
FRENTE NACIONAL CAMPESINO, para discutir propuestas y acciones a
seguir con todas las organizaciones y movimientos campesinos, será en la
Universidad de Madres de Plaza de Mayo.

MESA COORDINADORA
FRENTE NACIONAL CAMPESINO

Argentina: Miembro del MOCASE - Vía Campesina lleva 20 días detenido

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Resumen Latinoamericano
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El campesino Miguel Rodríguez, de 67 años y en delicado estado de salud,
integrante de la Central Campesina de Pinto del departamento Aguirre, Mitre
y Salavina, fue detenido el 24 de abril a la noche cuando intentó denunciar
el robo de animales por parte de un empresario sojero y su guardia privado.
En una acción de mundo al revés, en lugar de tomarle la denuncia, la policía
local ­al servicio de los grandes hacendados- detuvo al integrante del
Mocase-VC y ordenó la detención de otros diez.

Miguel Rodríguez vive desde siempre en la misma tierra. Pero desde hace 8
años padece las amenazas, matanza de animales y violencia por parte del
terrateniente Claudio Trono y su guardia privada Daniel Queen. Justamente
éste triste personaje robó, a mediados de abril, una veintena de chanchos de
Rodríguez. El jueves 24 de abril, Rodríguez salió de su rancho, recorrió 30
kilómetros hasta el pueblo de Pinto. Y llegó hasta la comisaría con la
intención de denunciar el robo. Luego de hacerlo esperar cuatro horas, y sin
siquiera tomarte testimonio, le comunicaron que quedaba detenido e
incomunicado por orden del Juez Álvaro Mansilla, de Añatuya, por una
denuncia del 2007 realizada por paramilitares. Está acusado de "robo
calificado" por defender su propia tierra.

Rodríguez lleva 20 días detenido por causas inventadas. La cuestión de fondo
es la complicidad entre policías y empresarios, que quieren despojarlo de su
tierra.

Durante estos días, el Juez Mansilla, solo mostró su falta de voluntad para
realizar indagatoria, tomándose días libres luego del 1 de mayo presentando
ficha médica, mientras tanto Miguel Rodríguez, alojado en la comisaría de
Añatuya, nunca fue atendido por un médico, descuidando su endeble estado de
salud (sufre alta presión arterial e insuficiencia cardiaca.

Por su parte, el Ministerio de Justicia de la Provincia, no ha dado ningún
tipo de respuesta a este problema puntual y otros tantos que como Movimiento
Campesino venimos denunciando permanentemente. Su única respuesta fue
"vengan a la capital para pedir una audiencia con la asesora", "solo pueden
asesorar y no intervenir en el caso porque no tienen ninguna ingerencia".

En Santiago del Estero las prácticas de amedrentamiento contra las familias
campesinas e indígenas para ser expulsada de sus territorios ancestrales,
sigue siendo una moneda corriente: terratenientes que contratan
paramilitares, con la complicidad de policías y jueces, como Álvaro Mansilla
y otros que responden a los intereses de empresarios tomando decisiones que
violan el derecho de los campesinos e indígenas.

El Gobierno en vez de apoyar a los monocultivos de soja, debiera apoyar a la
producción de alimentos, la agricultura y ganadería campesina indígena
sostenible.

Como Mocase-VC exigimos la inmediata libertad del compañero Miguel Rodríguez
y que sea investigado y removido de su cargo Álvaro Mansilla. Para reforzar
esto, nos manifestamos pacíficamente hoy frente al juzgado de Añatuya.

Llamar pidiendo informe al Juez Álvaro Mansilla 03844-421090
Ministerio de Justicia de la provincia- secretaria de Daives
0385-154155043128

Contactos Secretaría de Comunicación de MOCASE-VC 03843-421195/ 15400980 /
15456493
--
MOCASE-VC
Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI)

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martes, 27 de mayo de 2008

A propósito del Unicist Institute "La penetración estadounidense en la sojización argentina"

Luis E. Sabini Fernández
Rebelión.org


En el Clarín Rural, uno de los voceros principales del “país de la soja”, se construye, sobre todo desde su última página, “Primer nivel”, el fundamento ideológico del proyecto de sojización permanente de los mandantes de su gestor y alma máter, el ingeniero Huergo, quien parece haber mantenido su fidelidad a lo permanente ya que no a la revolución.

Por allí desfilan los voceros de la AAPRESID, asociación de sembradores en directa, de ASA, asociación de semilleros cabecera de puente de las transnacionales, voceros directos de la producción de agrotóxicos como Novartis, y algunos menos ligados a los productos de cada día y más ligados a la ideología que los sustenta.

Tal es el caso de Enrique Seminario, un dirigente de la consultora E&M Agronegocios. Pertenece al área tecnológica del Unicist Research Institute, que, como su nombre lo indica es un engendro madeinUSA, aunque su carta de presentación con un águila igual a la de los dólares billete nos cuenta que están también en Brasil y España.

Clarín Rural, con su generosidad transfronteriza, le da cabida en Argentina.

Nos parece jugoso observar el vocabulario que usa dicho instituto, porque junto con los rasgos del Unicist Research Institute nos darán la pauta de lo que son, realmente.

El URI se basa en un descubrimiento típico de lo que Mario Bunge calificaría pseudociencia. El de la “estructura del concepto”. Como han descubierto eso, y lo afirman categóricamente, como un avance radical, copernicano del conocimiento humano, ahora sí se puede “estudiar la realidad”. Y con semejante instrumento se puede lograr “pronósticos de futuro que son en realidad el fin último de los estudios sobre la realidad”.

Aparte de la respuesta del cordobés chistoso, “si vua’ser pronósticos de pasado”, ya vamos entendiendo: tanto despliegue, para dominar lo futuro.

Y yendo, ya no a la pretensión de haber descubierto la pólvora, y antes de ver la panoplia de recursos de que el URI dispone, veamos con qué léxico cuenta nuestro aventajado asesor en Argentina, en un diario argentino. Tenemos que enterarnos que el URI es un Knowledge-Bank, y que en su actividad desarrollan “diferentes Think Tanks de la organización”. En el “mapa de acceso a la sede hispanoparlante” [sic] tenemos “Investigación”, “Intelligent Knowledge Management”, “Corporate University”, “Educación Ejecutiva”, “Partners”, etcétera. ¿Qué querrá decir “hispanoparlante”? ¿Al 50%?

Y Seminario no se queda atrás: el chacring es el símbolo de la agricultura con conciencia social [sic] y de negocio [¡ah!]. Por supuesto, quien habla de chacring, hablar de chacrers, commodities, cluster.

Nos parece que se va transparentando desde dónde proviene tanta creatividad. El mundo corporativo tiene una impronta nacional tan evidente que causa pena tener que escuchar sobre abolición o superación de nacionalidades. En rigor, sin embargo, es casi verdad: supresión de las nacionalidades sí, pero de las periféricas. La meneada transnacionalización es una estadunidización del mundo.



El Unicist Research Institute, que funciona como usina ideológica del Clarín Rural y transitivamente de los grandes consorcios llamados transnacionales, como Monsanto o Cargill, haciendo hincapié en aquel descubrimiento al parecer capital, el de la “estructura del concepto” genera toda una suerte de herramientas ideológicas, un discurso que conviene conocer: “partners ideológicos”, “Think Tanks” que definen como “investigaciones multidisciplinarias en distintas partes del mundo”, y, la frutilla del postre, “Conceptual Learning Machine” [máquina de aprendizaje conceptual] que la misma página-e del instituto la rebautiza: “mejor definida como Intelligent Knowledge Manager [gerente de conocimiento inteligente]. Y se trata de “prototipos” de inteligencia artificial con “motor de aprendizaje basado en redes neuronales”.

En 1986, finalizan el primer set de Sistemas Expertos con utilización de IA.

En 1993 construyen el sistema Blue Eagle (Águila Azul; aquí una diferencia de color con el águila fundante de EE.UU., que era un águila blanca) para el Knowledge Management (gerencia del conocimiento) para aplicar en 62 mercados y 31 estados (no especifica los agraciados).

En el 2000 incorporan redes neuronales para alcanzar la gerencia de conocimiento.

Todo dedicado a “una mayor asertividad […] El desarrollo de la estructura de ya casi 800 conceptos que cubren el espectro conceptual en lo económico y social tanto macro como micro, modelados en su estructura, permite el análisis de países, mercados, empresas con un altísimo grado de acierto en su relaciones causales y su evolución” [sic].

Observemos, ¡eureka! que con “casi 800 conceptos” ya hemos logrado, por fin, conocer la realidad, lo verdadero. ¡Gracias Unicist Institute por habernos brindado al fin la clave! ¡Qué formidable clave aritmética! ¿Por qué no serían 545 o tal vez 3 500?

Ante aquellas pavadas del pensamiento complejo, aquellas disquisiciones del existencialismo, la epistemología, los devaneos de un Kant, un Marx, un Pascal, aquella humildad de no pretender conocer lo futuro, ante todas esas paparruchadas, ¡tenemos ahora el arma que nos permite ingresar a lo futuro como amos!

¿Acaso no sabíamos que impulsando los bio-necrocombustibles iba a estallar el hambre? ¡Claro que lo sabíamos! El pensamiento unicist ya lo tenía.

Es que con un poquito de poder, con una cucharadita de nuclear, unas cuantas porciones de cohetería, algo de bombas de fragmentación y medios de incomunicación de masas, esto sí, abundantemente regados, ya tenemos los elementos de la receta ideal.

¡Qué importa si no conocemos el futuro!; ¡lo haremos! Con los ingredientes recién descritos e inteligencia, mucha inteligencia (no, claro, la cerebral, sino la de la seguridad) podremos cumplir nuestras propias profecías.

Vale la pena recordar que los boys del Pentágono, que siempre andan buscando su Pearl Harbor ya han encontrado por lo menos dos, por no decir tres o cuatro. Porque podríamos contar la voladura del Maine en Habana en 1898, y la de los barcos del golfo de Tonkin en 1965, pero aun reduciéndonos a los P.H. que los think tanks del Pentágono cuentan, al menos tenemos uno en 1941 y hay que agregar otro en 2001, setiembre 11.

Hay muy fuertes indicios y pruebas de los tres primeros acontecimientos, pero tal vez el dato del 11 de setiembre como producto del conocimiento humano o al menos estadounidense (y también de la acción del otro, exactamente como fue el histórico P.H.) puede resultar un poco más indigerible. Citemos entonces al think tank que lo pre-anuncia, por no decir que lo invoca, lo necesita:

Personalidades del establishment pentagonal estadounidense como Roger Barnett / U.S. Naval War College; Alvin Bernstein / National Defense University; Eliot Cohen / Nitze School of Advanced International Studies, Johns Hopkins University; Thomas Donnelly / Project for the New American Century; David Epstein / Office of Secretary of Defense; David Fautua / Lt. Col., U.S. Army; Donald Kagan / Yale University; Fred Kagan / U.S. Military Academy at West Point; Robert Kagan / Carnegie Endowment for International Peace; James Lasswell / GAMA Corporation; Mackubin Owens / U.S. Naval War College; Steve Rosen / Harvard University; Gary Schmitt / Project for the New American Century; Abram Shulsky / The RAND Corp.; Barry Watts / Northrop Grumman Corp.; Paul Wolfowitz / Nitze School of Advanced International Studies, Johns Hopkins University; Dov Zakheim / System Planning Corp., entre otros, escriben un informe, Rebuilding America’s Defenses, subtitulado “Report of The Project for the New American Century”, setiembre de 2000, que sin tapujos se dedica a explicar cómo afianzar el dominio planetario de EE.UU. y su “preponderancia” en todos los órdenes, aunque muy especialmente en el militar. Sus autores se quejan, página tras página, a lo largo de casi 300 000 espacios, de lo actuado hasta ese momento y el texto es una retahíla de “presupuestos que deben incrementarse”, “aceleración en la construcción de submarinos”, “experimentación más agresiva con nuevos conceptos operacionales”, “expansiva visión de futuras misiones posibles”, “adición de nuevas capacidades de los infantes de Marina”, “mayor fuerza de infantería” y reclamos por el estilo.

En medio de tal letanía acerca de las insuficiencias del aparato militar estadounidense descuidado, según ellos, después del colapso soviético, estos buenos señores procuran, empero, transformar esa dura realidad con que asoma el nuevo siglo. Y comentan: “Más aún, el proceso de transformación, aun cuando conlleve cambios revolucionarios, va a ser probablemente largo, de no existir algún acontecimiento catastrófico y catalizador, como un nuevo Pearl Harbor.” Ah, bueno.

Es que la soja no viene sola.

domingo, 25 de mayo de 2008

Una lluvia y unos...Pasamontañas

¿Donde estas lluvia? Mundo eterno de multietnias y multiculturas.
Porque estás y sigues como luz sobre senderos llenos de lirica y tradición.
Sonidos de esas tradiciones y costumbres que no mueren,
que persisten y se transforman en historia, como la oruga en primavera,
como wendy acompaña a peter pan, como niños jugando a la revolución.
Te divides, te sumas y multiplicas pero no restas, sino que no olvidas.
Aquellas voces que descienden de los Andes como rios potentes
desde las montañas hacia tu amante Poseidon.

Esos rios que llegan a las selvas, lagos, piedras y mariposas que reposan
a la espera de esa primavera "roja", así llegas y estás en "Lacandona".
Baila "Durito" sobre esas aguas, baila porque no pueden matarnos sino multiplicarnos
por que nos asesinas, seremos millones.
Y sigues tu danza entre los "caracoles" negros y rojos...
Pasamontañas que me recuerdan y te recuerda que no estás sol@,
por que tu ilusión cruza el canal de Panama, por la Gran Colombia
hasta la espera de "Magallanes".
Atraviesas el tiempo como aquel amor eterno que juré,
amor que tiene una raiz, una selva, un bosque, una montaña.
Desde el llano como tú en el norte, estamos y seguiremos disparando poesias,
algunas odas para que nos sientas y prosas para que no olvides.
Música que nos transformas en lo inmaterial, musa que recarga mi revolución.

¿Que andaras haciendo lluvia? Cargando ejercitos de esperanza, con tus granadas de ilusión,
que construiran selvas con miles de jardines a la orilla de aquella vieja "Habana"
y otras Habanas del sur...
Cada viaje es un regreso a la memoria que nos funde en una caricia de hermandad,
creyendo en una sensibilidad distinta, poeta-guerrillero,
un poeta, dos poetas...esa es la consigna.
Con su única arma que son el lápiza y la palabra...
Hay lápiz que me condenas a la imaginacion de otro mundo,
a otra sonrisa popular, a otra alegoria de eterna rebelión,
que conviertes mis sueños en decires de voces arrugadas por tus gotas.

¿Lluvia estas? Porque quiero que mi voz atraviese tu pasamontañas para decirte
"Subcomandante, hace 5 siglos
que estamos esperando, ya es hora!!!"
Porque aunque la lluvia al encontrarse con esas "Sierras Maestras"
me habla de estrellas y lunas posibles, insisteremos.